1. Le encantan los niños.
Un buen profesor tiene que querer lo mejor para sus alumnos porque esta simpatía y empatía son esenciales para que, cuando llegue a casa, no le dé pereza pensar en actividades creativas y divertidas para realizar al día siguiente en clase. El cariño hacia los niños le llevará a ser un profesor excelente porque querrá lo mejor para ellos y, en vez de estar pendiente de que sea la hora de terminar su jornada laboral y volver a casa, se preocupará exclusivamente por el avance de sus alumnos y por ayudarles a aprender al máximo.
2. Es creativo.
Los niños pequeños se dejan llevar por su imaginación y quieren divertirse. Estas ganas de pasárselo bien no significan que se aprenda menos en clase, pues a esta edad es muy importante aprender jugando. El profesor necesitará pensar en ideas muy creativas para mantener a todos los alumnos implicados en las actividades de la clase, sin que se distraigan. Además, necesitará ser creativo para pensar en un número muy grande de actividades para cada día, pues los niños pequeños se aburren con facilidad y por lo tanto el profesor necesitará pasar de una actividad a otra con bastante rapidez en cuanto note que sus alumnos se están distrayendo. La creatividad del profesor, además, le llevará a pensar en actividades que enseñen al alumno varias habilidades: por ejemplo, mientras dibuja aprenderá palabras nuevas porque además de pintar animales también pintará las letras que forman el nombre del animal. Después enseñará su dibujo en clase, leyendo las palabras que forman parte de este dibujo.
3. Se reúne con frecuencia con los padres.
Un profesor de Educación Infantil que se preocupa por sus estudiantes mantiene informados a los padres sobre las actividades realizadas en clase y sobre alguna dificultad que podría tener el niño. También menciona a los padres las actividades que se le dan bien al alumno. El profesor sabe que un diálogo abierto y continuado con los padres es fundamental, y piensa en ellos incluso en fechas señaladas como el día de la madre o del padre, cuando organizará actividades divertidas en clase para que sus alumnos hagan dibujos para sus padres por motivo de estas fechas familiares.
4. Tiene mucha paciencia.
Tendrá un grupo grande de alumnos y necesitará mostrarles toda la paciencia del mundo, porque sabrá que los niños lo necesitan.
5. Se hace respetar.
El profesor que hace muy bien su trabajo no será tan autoritario que consiga que sus alumnos le tengan miedo, pero tampoco permitirá que sus alumnos le falten al respeto. Se hará querer y también se hará respetar.
6. Conseguirá que cada uno de sus alumnos participe.
Conocerá a todos sus estudiantes, independientemente del número de niños que tenga por clase, y se preocupará por que cada uno de ellos aprenda al máximo, interactúe con los demás y participe en cada una de las actividades.
7. Es organizado.
¿Cómo podrán sus alumnos colorear los animales de las fichas… si ha olvidado las fichas en casa?
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